En el Carta Blanca ganas la partida si consigues ordenar todas las cartas en cuatro montones ascendentes (de As a K) uno por cada palo.
Para ello se podrán desplazar las cartas desde la disposición inicial usando ocho montones en los que las cartas se pueden disponer en orden descendente alternadas por colores (rojas y negras) y cuatro celdas extra en la que se puede colocar cualquier carta.
En cada partida se disponen ocho montones de cartas que inicialmente cuentan con 7 cartas los cuatro primeros y 6 cartas los cuatro restantes. En cada montón todas las cartas están descubiertas.
El jugador podrá mover una carta de un montón a otro siempre que el nuevo montón que se forme sea una escalera descendente en la que se alternen cartas negras y rojas. Así mismo se podrá mover cualquier carta a las celda extra libres sin restricciones y desde éstas a los montones siempre que se forme una escalera que alterne colores.
Por otra parte existen cuatro montones finales, uno por cada palo, que se encuentran vacíos al inicio de la partida. En estos montones se pueden ir depositando cartas (empezando por el As de cada palo) de manera que se formen escaleras ascendentes de ese palo.
Si en algún momento en uno de los ocho montones se mueven todas las cartas será posible depositar cualquier carta en ese montón.